sábado, 8 de enero de 2011

¿Ad duos Pontes o Pontevedra?

Nací en una "ciudad" situada en el noroeste de una provincia homónima que la hace aparecer reflejada en el mapa español. 80.000 habitantes, cientos arriba cientos abajo, con su rural, con su casco urbano y con su zona vieja que la hace especial.
Tiene plazas donde se agolpan bares o cafeterías, los cuales en días de verano hacen invasión terrazil (muchos ya lo denominan como una nueva forma de terrorismo okupa, transformando terrenos públicos en propiedad de cada uno de los hosteleros del local). Cuenta con múltiples rotondas, baches y velocidades de 30km/h; aparte de lombos, callejuelas estrechas y zonas en las que hay más semáforos que viandantes. Hay atascos como en cualquier otra ciudad, pero en este caso siguen una norma "FORMEN UNA SOLA FILA"; hay mucha gente andando por las calles y ciclistas que circulan por las carreteras y aceras y no por un carril-bici en pleno centro. Hay autobuses que llevan el récord máximo de 6 personas y en horas punta a 2. Se forman fiestas constantes, desde La Peregrina hasta la Feira Franca, en la segunda se agrupan muchas mesas y barras en las calles y se ve movimiento de gentes por doquier (haciendo en algunos casos que haya demasiada gente por las calles del centro histórico) y sin embargo en los días de Peñas Taurinas los jovenes se agrupan con sus litros de kalimotxo por cualquier rincón.
Pontevedra tiene sus encantos, y muchos; pero también tiene sus contradicciones. Muchos negocios han cerrado, otros por el contrario abren y con muchas ambiciones: sí es el pequeño comercio junto con la actividad funcionarial lo que sostiene a esta ciudad. "Cronopios" ha reinventado el concepto de librería trayéndote desde nuestra escritora natal Susana Fortes hasta un fulano disfrazado de ratoncito (que por desgracia en este país tuvo más aceptación el segundo); locales de tapeo proliferan por la zona vieja con ansias de volver a esa esencia que en los 90 lo convertían en el lugar idóneo para comer, mientras que algunos restaurantes más delicatessen se van para el centro; chicos o chicas que cogen nuevas ideas y te abren desde una peluquería para niños "Nue" ,o una jugueteria al lado del Concello "el Reino Mágico".
Pontevedra, como muchos sitios esta llena de muchas de esas personas que tienen una idea y la llevan a cabo, a pesar de que el viento les esté en contra. No necesitamos dos Corte Ingles ni cinco Alcampo para traer gran actividad comercial y más empleo a esta ciudad. Lo que sí necesitamos es a gente osada como ellos que luchen por hacerse un hueco.


"Proud Mary". Gracias Luaces por animarme a hacer esta actividad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Ad Duos Pontes o Pontevedra?.

Es lo mismo.

Ad Duos Pontes se mantuvo, como mínimo, hasta el siglo XV en documentos antiguos: "Judgado de Entramas las Puentes" que regentaba el juez Tristán de Montenegro, el que le presentaba cara a Pedro Madruga.

Y Pontevedra fue el topónimo que le quedó de uno de esos "Dos Puentes" como recordatorio de la famosa Paz del Lérez: Ponte veteris = Puente viejo o antiguo que romanceado de ese latín, "ponte veteri" quedó en Ponte veteri...Ponte vedra...PONTEVEDRA.

Hay que olvidarse de una vez de esa nada afortunada ubicación de llamarle Turoqua fruto de una equivocación del buen arqueólogo Antonio de la Peña; entendible al creer no logró descifrar parte del Itinerario de Antonino.

Lo que más me gusta de Pontevedra es como este equipo de gobierno -pontevedrés- dejó el casco antiguo. Mejor sería algo dificil. Enhorabuena a esta corporación.

Un saludo.